Archivo | junio, 2016

Recetas para cocinar lectores

20 Jun
Oliver Jeffers

Oliver Jeffers

A menudo me preguntan si hay una receta mágica para animar a leer a los niños y jóvenes y no soy capaz de dar una respuesta concreta, pero siempre he pensado que un buen mediador de la lectura es como un buen cocinero que partiendo de un mismo ingrediente sabe crear un menú diferente, sazonar, elaborar salsas, entender que cada plato necesita un tiempo de cocción y saber que cada comensal es único.

Os dejo aquí algunos de los trucos que me ayudan en mi “cocina de lectores”:

  • Buenos libros, que mantengan el interés a lo largo de las páginas, que tengan ritmo, emoción y verdad. El mercado editorial es muy amplio y como mediadores hemos de leer mucho para hacer una selección personal de textos para compartir. Insisto en lo de personal: buscar en la red, dejarnos aconsejar por nuestro librero o tener en cuenta la opinión de los expertos es importante pero la última palabra la tenemos nosotros.
  • Entusiasmo y cariño: son estos ingredientes imprescindibles. Si estamos convencidos de la importancia de nuestra labor y del valor del texto que compartimos, acompañando todo eso con una buena dosis de cariño, el éxito está garantizado.
  • Escucha: tener en cuenta lo que les gusta a nuestros alumnos e hijos, hacerlos partícipes de la actividad y no meros espectadores, dejarles expresar sus opiniones y tomar nota de ellas para futuros encuentros.
  • Entender que el libro es desplegable, que sus páginas abren ante nosotros caminos infinitos y que  cada uno de ellos nos conduce a un lugar diferente. Dejarnos llevar por el camino y prestar atención a lo que el libro  nos susurra entre líneas.
  • Hacer lecturas en voz alta y cuidar la forma en que damos vida a un texto. No importa la edad de nuestros oyentes, nuestra voz es nuestra mejor aliada a la hora de provocar el deseo de leer.
  • Animarlos a que escriban: que cambien el final, den forma a sus impresiones o se carteen con los personajes de las historias. La escritura es una manera de reflexionar sobre lo leído. Nada de tediosos resúmenes que matan el placer de leer, a veces basta solo una palabra para evocar con emoción un libro, un pequeño diario de lecturas para recordar.

           Seguro que vosotros tenéis muchos más trucos para compartir…espero vuestros comentarios.