Archivo | febrero, 2012

De la cuna a la Luna : creciendo con la poesía

5 Feb

    Venimos al mundo arrullados por la voz de nuestra madre. Estudios científicos han demostrado que los bebés saben reconocerla desde los primeros momentos de su vida, y que esa voz los tranquiliza y sosiega. Las madres gestantes hablan con sus hijos durante el embarazo, les ponen nombres, los acarician antes de que vean la luz del mundo, y una vez en él ,los rodean de palabras iniciándolos en el lenguaje y vinculándolos para siempre con la sociedad oral.
En el seno de la familia introducimos también a nuestros hijos en el universo poético a través de las nanas, de las retahílas, de las canciones de juego y repetición con las que el niño se apropia del mundo. Las palabras como medio para relacionarse con lo ausente, como forma de pensamiento, como puente que une su nido protegido y cálido con la vida que se desarrolla más allá de la cuna .
Nacemos predispuestos a la poesía; durante los primeros años de vida aprendemos a jugar con las palabras, a reír con ellas, a abandonarnos a su música sin necesidad de descifrarlas. Nacemos con alma de poetas y debemos crecer con la poesía, pero este crecimiento requiere un acompañamiento por parte de padres y profesores hasta el inicio de la adolescencia en la que el joven descubre sus emociones más íntimas reflejadas en los textos poéticos y puede comenzar su andadura en solitario.
Pregunto siempre en mis talleres en qué idioma les gustaría escuchar una declaración de amor y la respuesta es invariable : en italiano, en francés, en brasileño… Elegimos esas lenguas porque su desconocimiento nos permite centrarnos en la melodía como ocurre durante la infancia; con el aprendizaje del significado prescindimos de las otras dimensiones de las palabras olvidando que hay palabras suaves, cortantes, redondas, azules o cantarinas…..¿por qué no desandamos el camino?, ¿nos atrevemos con ese juego?.
La poesía es el arte de la palabra precisa, aúna pensamiento y emoción, es la puerta por la que accedemos a la dimensión más sublime de una lengua : demos un espacio a la poesía en nuestras aulas, en nuestros hogares, convirtámosla en una necesidad.
Añado una recomendación: el libro “Lecciones de poesía para niños inquietos” de Luis García Montero y este vídeo en el que Sara Iglesias, de Entre Lecturas nos canta y cuenta “Érase una vez Luna lunera”, un excelente título para este viaje iniciático.
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